Época:
Inicio: Año 69
Fin: Año 96

Antecedente:
Alto Imperio (III): Flavios y Antoninos



Comentario

El comportamiento inicial de Vespasiano es ilustrativo de las nuevas bases sobre las que pretendió sustentar su poder. Proclamado emperador por las legiones de Oriente en julio del 69, no llegó a Roma hasta octubre del 70. Si la distancia de fechas es expresiva del valor que concedía al Senado y a la corte, es igualmente demostrativa de su visión de las atenciones prioritarias de un emperador que debía estar presente allí donde lo exigieran las circunstancias más difíciles del Imperio. Durante ese largo año, Vespasiano permaneció en Oriente para consolidar la sumisión de los judíos, reorganizar Egipto y eliminar de una vez por todas el peligro parto.
Vespasiano computó el tiempo de su gobierno a partir del día de la proclamación como emperador por las legiones y no desde el 21 de diciembre del mismo año, cuando el Senado le concedió los poderes imperiales. El senadoconsulto conocido como Lex de imperio Vespasiani, a pesar de no habernos llegado completo, nos permite conocer el carácter institucional dado al poder imperial. En virtud de esa lex, que concedía a Vespasiano el imperium maius y la tribunicia potestas, el emperador tomaba de una vez todos los poderes imperiales. La crítica moderna (Mispoulet, Levi) sostiene que esta ley era semejante a la del año 27 a.C., por la que se concedieron los poderes a Augusto, pero que incluía a la vez otros privilegios que fueron acumulando emperadores posteriores como el derecho de ampliar el pomoerium de la ciudad, el de convocar al Senado, el de la consideración del emperador como persona que no está sujeta a las leyes. Y la Lex de imperio contenía también aportaciones personales de Vespasiano referentes al carácter que pretendía dar a su régimen.

El gobierno de Vespasiano se mantuvo con la asociación al poder de su hijo Tito, quien fue cónsul junto a su padre y tuvo el título de César desde el 69; el 63 Tito compartió también con su padre el cargo de censor. Ambos hijos recibieron el título de Príncipes de la juventud, princeps iuventutis. Estos mecanismos políticos no eran plenamente novedosos ya que habían sido empleados por Augusto, pero habían sido olvidados por los Julio-Claudios y, además, ahora tenían una significación nada dudosa de su valor como garantía para la continuidad del régimen.

Si el modelo de Vespasiano fue Augusto, con quien coincidía también en llegar al gobierno después de una guerra civil, desde Vespasiano desaparecen las ambigüedades augusteas de recubrir de formas republicanas realidades políticas nuevas. Las condiciones estaban maduras como para que Vespasiano y sus hijos se presentaran como auténticos gobernantes dotados del poder supremo por más que no llevaran el título de rex. El régimen era el de una monarquía en el sentido etimológico del término con viejas herencias de formas republicanas.

El carácter del gobierno se comprende mejor al tener en cuenta que el emperador nombra a su propio consejo de asesores y al analizar la posición del Senado. El 73-74, Vespasiano y Tito ejercieron la censura, magistratura desde la cual pudieron elegir un nuevo Senado, eliminando del mismo a disidentes e incorporando a muchos hombres nuevos reclutados entre las oligarquías itálicas y provinciales. Por otra parte, cuando guardan a veces algunas formalidades tradicionales como la de hacer consultas al Senado, éste actúa como el consejo particular ampliado; los senadores perdieron casi toda su capacidad política para ser destinados a responsabilidades administrativas.